Todas las recetas de magdalenas de los recetarios antiguos hacen referencia a la masa ya que el horneado se hacía en la panadería a la que se llevaban los cubiletes rellenos al gusto de cada casa. El recuerdo de esa canasta de mimbre - recién llegada del horno – que tanta ternura guardaba, hace de esta receta algo más que un bizcocho.
Esta receta es una adaptación del remojón que hacían los cagarraches de los molinos. Cuando salía el aceite recién molturado empapaban en él una telera de pan partida a la mitad en dos discos. Luego la colgaban para que escurriera el aceite consiguiendo una especie de torta a la que añadían azúcar y finalmente remojaban con el zumo de granadas y/o de naranjas.
Todas las recetas de magdalenas de los recetarios antiguos hacen referencia a la masa ya que el horneado se hacía en la panadería a la que se llevaban los cubiletes rellenos al gusto de cada casa. El recuerdo de esa canasta de mimbre – recién llegada del horno – que tanta ternura guardaba, hace de esta receta algo más que un bizcocho. Nosotros hemos adaptado las indicaciones y horneados a las magdalenas en casa. Acaban saliendo bien (no a la primera, todo hay que decirlo) y, eso sí, sólo por el olor que dejan en la cocina merece la pena el intento.