Aceite de oliva virgen extra de calidad premium presentado en envase de 5 litros en lata de metal con el objetivo de preservar las excepcionales cualidades de este aceite intactas el máximo tiempo posible.
Gracias a la conservación en lata, alejado de la luz del sol y del aire exterior, el aceite de oliva virgen extra Corona de Baena se mantiene en perfectas condiciones desde que sale de nuestros depósitos hasta que se sirve en su mesa.
Esta conservación es fundamental con un aceite de oliva virgen extra de esta calidad ya que la luz hace que el tiempo que tarda en oxidarse el aceite y enranciarse se multiplique, más aún si sumamos temperaturas elevadas y contacto con el oxígeno.
El metal empleado para la confección de la lata no aporta al aceite ningún tipo de sabor ni olor que pueda alterar sus cualidades organolépticas.
Composición:
Corona de Baena está compuesto por una mezcla de dos variedades, picuda y picual, con el objetivo de combinar las propiedades de cada una de ellas y conseguir un resultado excepcional, especialmente frutal y optimizado para su consumo en crudo.
Gracias a los procesos de extracción empleados, en frío y solo mediante procesos mecánicos, se consigue mantener las propiedades organolépticas de cada una de las variedades.
Nota de cata:
El aceite de oliva virgen extra Corona de Baena presenta un aroma elegante y profundo. En boca presenta matices afrutados que recuerdan a fruta madura, un frescor de hierba recién cortada e hinojo que poco a poco se van transformando a matices amargos y picantes, dos sabores particulares de los suelos en los que se cultivan las dos variedades empleadas en este aceite de oliva virgen extra.
Conservación:
Para mantener intactas las cualidades organolépticas de este aceite de oliva virgen extra, debemos tener en cuenta lo siguiente:
Conservarlo dentro de un intervalo de temperatura entre 18 y 24 grados.
Protegerlo de altas temperaturas y preservarlo en un lugar fresco y seco.
Evitar que sufra una exposición continua a la luz directa.
El envase debe mantenerse cerrado, ya que su descomposición se acelera con el contacto con el aire.